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jueves, 2 de abril de 2009

CON LA MANERA DE PENSAR, SOMOS LOS ARQUITECTOS DE NUESTRO DESTINO

CON LA MANERA DE PENSAR, SOMOS LOS ARQUITECTOS DE NUESTRO DESTINO


Cuando el poeta inglés William E. Henley escribió sus proféticas palabras: "Soy el dueño de mi destino, soy el capitán de mi alma", debió habernos informado que la razón por la cual somos los dueños de nuestro destino es porque tenemos el poder de controlar nuestros pensamientos.
En su libro: Piense y hágase rico, Napoleón Hill afirma que "nuestros pensamientos dominantes tienden a magnetizar nuestro cerebro y, por mecanismos que nadie conoce bien, actúan como imanes que atraen hacia nosotros las fuerzas, las personas y las circunstancias de la vida que armonizan con la naturaleza de dichos pensamientos".
Lo único que el ser humano debe hacer para ver un mundo que funciona correctamente, es asegurarse que él piensa y actúa correctamente. En la medida en que cambia su manera de pensar respecto a sus circunstancias y a las demás personas, las situaciones y la gente cambiarán respecto a él.
Debido a la ley de la atracción sus pensamientos rápidamente se traducen en hábitos, y los hábitos se transforman en sus circunstancias. Los pensamientos dañinos y perjudiciales de todo tipo se cristalizan en hábitos que atraen y producen confusión y debilidad; y éstos, a su vez, se manifiestan en circunstancias de calamidad e infortunio.
Y puesto que todo atrae su igual, los pensamientos de temor, duda e indecisión se cristalizan en hábitos que paralizan e impiden actuar al ser humano; hábitos que conducen al fracaso, la escasez, y la dependencia. Los pensamientos de odio y condena se vuelven hábitos de acusación y violencia, los cuales se convierten, a su vez, en injuria y persecución. Los pensamientos egoístas de todo tipo se transforman en hábitos que atraen angustia y frustración.
Por otro lado, los pensamientos nobles de cualquier tipo se manifiestan en hábitos de prosperidad y bondad, y estos, a su vez, se tornan en felicidad y bienestar. Los pensamientos virtuosos se convierten en hábitos de autocontrol y dominio de sí mismo, que atraen paz y tranquilidad. Cuando albergamos en nuestra mente pensamientos de auto confianza y decisión, creamos hábitos de valor y coraje, que se traducen en éxito, plenitud y libertad. De igual manera, los pensamientos de amor y compasión se vuelven hábitos de desprendimiento, que atraen la prosperidad perdurable y la riqueza verdadera a la vida de quien los alberga.
En general, cada pensamiento, bueno o malo, que albergamos y permitimos que encuentre cabida en nuestra mente, produce el único resultado posible, tanto en el carácter que forma, como en las circunstancias que genera. Una persona no puede escoger directamente sus circunstancias, pero al elegir sus pensamientos, indirectamente las crea.
La naturaleza se encarga de permitir que cada persona atraiga hacia sí misma los resultados de sus pensamientos dominantes, y de presentarle las oportunidades que hagan realidad de la manera más rápida posible tanto sus pensamientos constructivos como destructivos.
Todo lo que el ser humano logra, o deja de lograr, es resultado directo de sus pensamientos. En un universo justo y ordenado, la debilidad o fortaleza de cada persona, su condición de vida, su integridad o corrupción son suyas y de nadie más; emanan de adentro; ella misma las crea, y no otro, y sólo ella puede alterarlas. Una persona fuerte no puede ayudar a una débil a menos que ésta desee ser ayudada. Y aun así, la débil debe hacerse fuerte por sí misma, con su propio esfuerzo, ya que nadie más que ella puede alterar su condición.
Como el ser humano piense, así es él; como siga pensando, así seguirá siendo.
Es común creer que la razón por la cual muchas personas viven en la pobreza, o bajo el yugo de la esclavitud, el abuso, o la discriminación es debido a la opresión de otros. Así que repudiemos a los opresores. Sin embargo, la ley de la atracción nos plantea que es posible invertir dicho juicio y decir: "Una persona es opresora porque muchos optan por ser esclavos, y aceptan ser abusados y discriminados, así que repudiemos a los esclavos". Eleanor Roosevelt solía decir: "nadie puede hacerte sentir inferior sin tu consentimiento".
El ser humano sólo puede elevarse y alcanzar el éxito, elevando sus pensamientos. Pero permanecerá débil, abatido y miserable si se niega a elevar su manera de pensar.
El universo no favorece al codicioso, al deshonesto, o al vicioso, aunque aparentemente a veces parezca hacerlo. El universo conspira para ayudar al honesto, al generoso y al virtuoso. Los grandes maestros de todas las épocas han manifestado esto de distintas maneras, y para probarlo y entenderlo lo único que se necesita es persistir en hacerse cada vez más virtuoso elevando nuestros pensamientos.
Cada persona puede lograr gran éxito material, e incluso alcanzar actitudes sublimes en el mundo espiritual y, aún así, descender otra vez a la miseria, si permite que los pensamientos arrogantes, egoístas y corruptos entren y encuentren cabida en su mente.

La Ley de la Atracción
Mitos y Verdades sobre el Secreto más Extraño del Mundo.
Dr. Camilo Cruz

No se llega a la cumbre contemplándola como tú desde abajo... aspirar a ella no es ascenderla... Toma una determinación y el triunfo te sonreirá. (H. Aramburu).
Que Dios te bendiga.
Recopilado por:
ayudaysuperacion@gmail.com

¿CUÁNTO DINERO DESEAS GANAR?

¿CUÁNTO DINERO DESEAS GANAR?

Una de las preguntas que escucho con mayor frecuencia cuando comparto los postulados de la ley de la atracción es: "Doctor Cruz, ¿me está usted diciendo que yo puedo atraer con mi manera de pensar los ingresos que desee?" A estas personas les contesto siempre: ¡Sí, eso es absolutamente cierto!
De hecho, sin conocer tus circunstancias personales, tu profesión, país de residencia o situación financiera actual, puedo afirmar, sin temor a equivocarme, que tus ingresos presentes son el resultado de tus pensamientos dominantes y las creencias en las que has enfocado tu mente hasta el momento.
Todos estamos recibiendo los ingresos que nos queremos ganar. Quizás no es lo que quisiéramos, lo que esperábamos ganar, o lo que habíamos planeado ganarnos, pero es lo que creemos que merecemos.
Antes de apresurarte a cerrar el libro en total desaprobación, quiero que leas los siguientes párrafos, porque estoy convencido que al final de ellos, habrás Regado a la misma conclusión: la elección sobre nuestros ingresos no es del mercado o de la economía reinante, ni de nuestro empleador o nuestro jefe inmediato. Es nuestra. Todos tenemos la posibilidad de determinar nuestros ingresos; tanto empresarios, como vendedores que trabajan con base en comisiones, o empleados que determinan los ingresos que desean generar al ejercitar su libertad de decidir cómo y en qué invierten su tiempo. Lo triste es que ante esta gran elección que todos tenemos, muchas personas optan por devengar entradas que no les permite tener el estilo de vida del cual quisieran gozar.
En mi libro: Secretos del vendedor más rico del mundo, comento como en alguna oportunidad decidí hacerle la siguiente pregunta a un grupo de profesionales y empresarios independientes que asistían a uno de mis seminarios: "¿Cuántos de ustedes creen que les están pagando lo que valen?" Ninguno de ellos levantó la mano ni respondió de manera afirmativa. De hecho, después de escuchar sus comentarios pude percibir dos cosas: Primero, que todos sentían que no recibían lo que creían merecer, y segundo, que aún así, la mayoría de ellos no estaba haciendo nada al respecto. De hecho, muchos de ellos no pensaban que hubiera nada que pudieran hacer y se habían resignado a su suerte.
Es sencillo; los ingresos o el salario que cada persona devenga van en proporción directa al valor que su trabajo agrega a la economía. Ésta es la que determina cuál es la retribución apropiada por nuestros servicios, experiencia y conocimiento, y establece que ciertas personas, de acuerdo con su trabajo, ganen cinco dólares por hora y otras ganen un millón de dólares al año.
Si estableciéramos una escala de ingresos entre estas dos cantidades -cinco dólares por hora y un millón de dólares al año- descubriríamos que la gran mayoría de nosotros nos encontramos en algún punto intermedio. Dónde nos encontremos es algo sobre lo cual cada uno tiene más control del que cree tener. Tanto la persona que gana cinco dólares la hora como la que gana quinientos dólares la hora, se encuentran justo donde desean encontrarse.
A pesar de que es el mercado el que establece esta escala de salarios, somos nosotros los que decidimos dónde queremos encontrarnos en dicha escala. Todos nosotros, consciente o inconscientemente, no sólo nos encargamos de poner un precio, un valor, a nuestro trabajo -llámalo salario, sueldo o comisiones-, sino que nos encargamos de comunicarle al mercado dichas expectativas, y al hacerlo, estamos comunicándole que ese es el valor que deseamos atraer.
¿Cuánto vale tu trabajo? ¿200... 500... 10.000 dólares semanales?
Ya sea que lo sepas o no, cada uno de nosotros lleva una etiqueta de precio invisible. La persona que gana doscientos dólares semanales se ve a sí misma devengando esa cantidad y no se ve ganando más de esa cifra.
Ella puede querer ganar más, pero su visión interna acerca de sí misma es la de alguien que sólo gana doscientos dólares semanales. Su autoestima, creencias, valores y pensamientos dominantes son los de una persona que espera ganarse esa cantidad. Lo mismo ocurre con aquella que gana diez mil dólares semanales. Ella ha determinado que esa es la cantidad que desea ganar. Se ha preparado para lograrlo. Se ha visualizado recibiendo esa cifra. Espera obtenerla, y por lo tanto, su etiqueta invisible tiene ese precio.
Hace poco le pregunté a un joven que trabaja en una farmacia cuánto ganaba. Con aire de pesadumbre y resignación me respondió: "ocho dólares por horas". Le pregunté si eso era lo que él quería ganar.
- ¿Te alcanza para vivir como verdaderamente deseas vivir?"
- "¡No!" Fue su respuesta. "A duras penas me da para sobrevivir"
- "Entonces, ¿por qué te has resignado a aceptar ese pago por tus servicios? ¿Qué haces realizando una actividad que no te retribuye de la manera que lo deseas?"
Muchas personas argüirán que ellos no tienen ningún control sobre el precio que el mercado ha asignado como pago por una hora de su tiempo. Y mientras piensen de esa manera no pueden pretender atraer hacia ellas más de lo que ya reciben.
Así que tómate el tiempo necesario para determinar cuánto deseas ganar, basado en tus objetivos y metas, tus sueños y tu misión personal. Posteriormente, determina que actividades en tu trabajo o profesión te garantizarán dichas entradas y toma la decisión de concentrarte en ellas. Identifica también que actividades realizas actualmente en tu trabajo que no pagan dicha cantidad y que posiblemente te están robando tu tiempo y elimínalas de tu rutina diaria.

La Ley de la Atracción
Mitos y Verdades sobre el Secreto más Extraño del Mundo.
Dr. Camilo Cruz

“Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Marcos 12:31)
Que Dios te bendiga.
Recopilado por:
ayudaysuperacion@gmail.com

EL CEREBRO PIENSA EN IMÁGENES Y NO EN PALABRAS

EL CEREBRO PIENSA EN IMÁGENES Y NO EN PALABRAS

"Tú nunca conseguirás alcanzar aquello que quieres... Tú solo lograrás alcanzar aquello que puedas visualizar claramente. Zig Ziglar
Leíste bien: "Nunca conseguirás tener aquello que quieres, sólo conseguirás aquello que puedas visualizar". Quiero que pienses en esta idea por un momento, porque cuando yo la escuché por primera vez, debo confesarte que no le encontraba mucho sentido.
No obstante, después de observar a aquellas personas que han logrado materializar sus sueños y luego de hablar con muchas de ellas, me he dado cuenta que todas tenían algo en común: una visión clara de lo que querían alcanzar; habían creado una imagen precisa de sus sueños y sus metas y podían visualizarse claramente logrando dichas metas.
Este poder de la visualización desempeña un papel importante en el funcionamiento de nuestra mente y en el proceso de construir mentalmente aquello que deseamos atraer a nuestra vida. Estoy totalmente convencido de que la fe en nuestro éxito, nuestro valor y habilidad para tomar decisiones e identificar oportunidades, también dependen en gran medida de la claridad con que podamos visualizar nuestras metas, sueños y demás cosas que deseemos lograr.
La visualización positiva no es más que la capacidad que todos poseemos de crear una imagen mental clara de aquello que deseamos lograr, como si ya lo hubiésemos alcanzado. Es un proceso que comienza con tu diálogo interno. De acuerdo con el doctor Karl Pribram, director del departamento de neuropsicología de la Universidad de Stanford, quien es uno de los más reconocidos expertos mundiales en lo que respecta a las diversas funciones del cerebro, el poder de los pensamientos, de las ideas y, en general, de las palabras, radica en que éstas son traducidas a imágenes antes que el cerebro pueda interpretarlas; imágenes que tienen un gran poder sobre nuestras emociones, nuestras acciones y nuestro organismo.
Cuando lees la palabra AVIÓN y la repites, ya sea en voz alta o mentalmente, tu cerebro no se limita a ver las letras A-V-I-Ó-N dibujadas con grandes letras de neón en el telón de la mente subconsciente. Tu cerebro visualiza o imagina un avión. Lo mismo sucede cuando repites cualquier palabra que describe un objeto o una idea para la cual ya tienes un equivalente visual guardado en tu subconsciente. Si pronuncias una palabra cuyo significado ignoras, en un idioma que no dominas o que escuchas por primera vez, tu mente no puede traducirla a ninguna imagen.
El cerebro también puede dibujar imágenes mentales, independientemente de si éstas tienen sentido o no. ¿Qué imagen dibujas en tu mente al leer las palabras: elefante amarillo con alas rosadas?
Probablemente no necesitaste más de unas décimas de segundo para convertir en una imagen clara estas palabras, aunque conscientemente sepas que la imagen como tal no tiene ningún sentido o no representa algo que exista en el mundo real.
No importa qué tanto quieras rehusarte a pensar en algo sin sentido como esto; en el preciso instante en que permites que la expresión llegue a tu mente, ella se encarga de traducirla a la que considere la mejor imagen para representar dichas palabras.

La Ley de la Atracción
Mitos y Verdades sobre el Secreto más Extraño del Mundo.
Dr. Camilo Cruz

Si seguimos haciendo lo que siempre hemos hecho, continuaremos obteniendo los mismos resultados que hasta ahora. Para obtener resultados diferentes, tenemos que hacer cosas diferentes. Albert Einstein
Que Dios te bendiga.
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EL ESPÍRITU DE GRATITUD: FUENTE DE PROSPERIDAD

EL ESPÍRITU DE GRATITUD: FUENTE DE PROSPERIDAD

A lo largo de los capítulos anteriores hemos visto, una y otra vez, que el primer paso para atraer hacia nosotros una vida de éxito y prosperidad requiere formar en nuestra mente una idea clara de lo que deseamos lograr. Una vez hecho esto debemos comunicarla al universo y reclamarla con fe en que sucederá.
Sin embargo, para que funcione es necesario desarrollar una relación armoniosa con el universo. Y esta relación armoniosa, y el proceso mental de ajuste y sintonía que requiere puede ser resumido en una sola palabra: Gratitud.
La falta de gratitud mantiene en la pobreza incluso a aquellas personas que han organizado sus vidas correctamente en todos los otros sentidos. La persona agradecida atrae hacia sí la riqueza con mayor facilidad que la que nunca se detiene a agradecer nada. Entre más agradecidos estemos por todas las cosas buenas que nos llegan, más habremos de recibir, y más rápido, ya que la actitud de agradecimiento nos acerca a la fuente de donde provienen las riquezas.
La gratitud mantiene tu mente en una armonía más cercana con las energías creativas del universo. Si lo consideras con detenimiento verás que es verdad. Las cosas buenas que tienes te han llegado obedeciendo ciertas leyes. La gratitud llevará tu mente hacia aquello que origina la riqueza, te mantendrá en armonía cercana con el pensamiento creativo y te advertirá cuando estés a punto de caer en el pensamiento errado.
Siguiendo el postulado de la ley de la causa y el efecto es fácil ver que la gratitud que tu mente exprese por cualquier cosa y hacia cualquier persona, no sólo llegará a su destino, sino que generará una respuesta instantánea hacia ti. Si tu gratitud es fuerte y constante, la respuesta será igual; el movimiento de las cosas será siempre hacia ti.
Pero el valor de la gratitud no sólo consiste en que logra conseguirte más cosas en el futuro. Sin ella es imposible experimentar total satisfacción con las cosas como son actualmente.
Si permites que tu mente se sumerja en la desesperación de las angustias de la vida cotidiana, empiezas a dudar y a perder la firmeza. Cuando fijas tu atención en lo pobre, lo débil y lo malo, tu mente toma la forma de estos elementos negativos. Como resultado de ello, lo pobre, lo débil y lo malo se sentirán atraídos hacia ti. Si le permites a tu mente que se sumerja en lo inferior, te volverás inferior y te rodearás de cosas inferiores. Pero, si te fijas en lo mejor, te rodearás con lo mejor, y serás lo mejor.
También, la fe crece con la gratitud. La mente agradecida siempre espera cosas buenas, y esta esperanza engendra fe. La actitud de gratitud produce una mayor fe, y cada vez que agradecemos la aumentamos. Quien no tiene sentimiento de gratitud no puede mantener la fe, y sin ella no prospera.
Por lo tanto, es necesario cultivar el hábito del agradecimiento por todo lo bueno que ocurre en nuestras vidas, y hacerlo continuamente.

La Ley de la Atracción
Mitos y Verdades sobre el Secreto más Extraño del Mundo.
Dr. Camilo Cruz

Solo pueden los que creen que pueden. (Virgilio)
Que Dios te bendiga.
Recopilado por:
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LA VERDAD SOBRE LA LEY DE LA CAUSA Y EL EFECTO

LA VERDAD SOBRE LA LEY DE LA CAUSA Y EL EFECTO

"Lo más curioso acerca del juego de la vida es que cuando nos rehusamos a conformarnos con segundos lugares y decidimos salir tras lo mejor de lo mejor, generalmente lo obtenemos" Somerset Maugham

Una de las leyes más importantes de la física es la que establece que para cada causa hay un efecto, y para cada acción hay una reacción o efecto correspondiente.
Sócrates se refirió a ella como a la ley de la causa y el efecto. Newton la denominó la ley de la acción y la reacción. La Biblia nos advierte: "cosecharás lo que hayas sembrado". Emerson la llamó la "ley de la compensación" y al referirse a ella decía: "Todo acto crea su propia recompensa, todo crimen es castigado y toda virtud es premiada". Él afirmaba que hay una causa, para todo efecto; si hay humo, es señal de que seguramente hay fuego. Todos nosotros nos encargamos de producir acciones o causas diariamente. Nuestro medio simplemente nos devuelve el efecto correspondiente. Todo lo que sucede en nuestra vida, sucede por una razón, sepamos o no cuál es.
Cada efecto, cada éxito o cada fracaso, tanto la riqueza como la pobreza, tienen una causa o causas específicas. Cada causa o acción tiene un efecto o consecuencia de algún tipo, así la podamos ver, y estemos de acuerdo con ella o no.
La riqueza, la felicidad, la prosperidad y el éxito son los efectos o resultados directos o indirectos de causas o acciones. Pero, ¿de qué nos sirve saber esto? En sencillo, si puedo ser claro sobre el efecto o resultado que deseo obtener, probablemente lo podré conseguir.
Como puedes ver, ésta es también la esencia de la ley de la atracción. Si algo ha sido posible para otros lo más probable es que también sea posible para mí. El éxito deja huellas, tú puedes estudiar a otras personas que hayan logrado los mismos objetivos que tú persigues, y al hacer lo que ellos hicieron, obtendrás los mismos resultados.
La ley de causa y efecto se aplica a cualquier área de tu vida. Tus relaciones, tu salud o tus finanzas son el resultado de ciertas causas específicas. Cuando identificas estas causas y las implementas en tu propia vida, obtendrás los mismos efectos. Esta es la manera en que millones de personas han logrado el éxito financiero, por ejemplo.
Ellas se han puesto en la tarea de observar cómo es que la gente acaudalada ha triunfado, cómo administra y maneja su tiempo, sus recursos y su dinero y se han propuesto adquirir estos mismos hábitos.
Es así de simple: los pensamientos son causas y las condiciones son efectos. Dicho de otra manera, tus circunstancias han sido creadas por tu propio pensamiento. Cuando cambies tu forma de pensar, cambiará tu vida, ¡a veces en cuestión de segundos!
El factor determinante es que una vez hayas identificado hacia donde quieres ir, y cuales son las metas que deseas materializar, es vital que te pongas en movimiento; necesita actuar inmediatamente. Si decides actuar comenzarás a moverte en dirección a tus metas. Si decides no actuar te estarás alejando de ellas. Es así de simple.
¿Si ves? El no actuar es en si una acción y tiene también sus consecuencias. Las personas no fracasan porque lo hayan planeado. Ellas fracasan porque no planearon su éxito.
Todo lo que te ha ocurrido en tu vida hasta este momento es el resultado de haber tomado o haber dejado de tomar ciertas decisiones. Las buenas decisiones te han traído éxitos, mientras que las malas decisiones te han provocado frustraciones y fracasos.
Los resultados específicos que obtenemos de manera constante, ya sean los deseados o no, son consecuencia de actitudes y acciones especificas. Sé que suena simple, pero es sorprendente ver la cantidad de personas que parecen no entender esta relación de causa y efecto.
Ellas continúan realizando las mismas acciones que los tienen en la situación de donde quieren salir y aun así no pueden explicarse por qué las cosas no mejoran. Si continuas haciendo lo que siempre has hecho, seguirás obteniendo los mismos resultados que has obtenido hasta ahora.
Hay personas que invariablemente todos los meses se encuentran quebrados financieramente. A duras penas sus entradas les alcanzan para sobrevivir. Siempre dicen lo mismo: "No entiendo a dónde se va el dinero", "Por qué será que el dinero no me alcanza", "si sigo así nunca saldré de la pobreza". Ahí está la primera parte del problema, su diálogo interno. Recuerda que aquello en lo que piensas se expande y que tú te encargas de programar tu mente con tu diálogo interno. ¿Qué imágenes dibuja tu mente cuando repites estas preguntas? Lo peor de todo es que estas personas no pueden explicarse el porqué de su situación.
La segunda parte del problema es que éstas son las mismas personas que siempre empiezan su mes sin un presupuesto, utilizan sus tarjetas de crédito sin ningún control, gastan siempre más de lo que ganan y como resultado de ello cada mes se encuentran en la misma situación. ¿Por qué?
Si repites continuamente los mismos malos hábitos puedes estar seguro que obtendrás los mismos pobres resultados.
Yo he visto personas pobres que nunca aprendieron a administrar lo poco que tenían y como resultado de ello, nunca lograron salir de esa pobreza. También he visto personas que con duro trabajo han logrado labrar cierta estabilidad económica pero que debido a la pobre administración de sus finanzas están estancadas financieramente y viven de cheque en cheque, haciendo malabares a fin de mes para poder cubrir todas sus deudas.
De igual manera, he encontrado personas que heredaron enormes fortunas pero que nunca aprendieron como administrar su dinero y debido a la mala administración de sus finanzas perdieron, en ocasiones, hasta el último centavo que tenían.
El efecto de la mala administración de las finanzas es siempre la pobreza económica. Sin excepción, toda persona que siembre esta causa, cosechará este efecto. Lo mismo sucede en todas las áreas de nuestra vida:
La causa "fumar" produce el efecto "males respiratorios".
La causa "cero ejercicio" produce el efecto "pobre salud"
La causa "no comunicación con la pareja, no amor, no detalles" produce el efecto "divorcio"
Es posible que algunos de estos efectos, de estas consecuencias no se hagan evidentes de manera inmediata, pero en la medida en que continuas realizando dichas acciones, tarde o temprano comenzarás a ver las consecuencias.
Las parejas no se divorcian porque un día tuvieron un disgusto acerca de qué preparar para la cena, y como no se pudieron poner de acuerdo decidieron separarse. Seguramente ese desacuerdo fue la gota que desbordó la copa, pero la causa fue probablemente algo mucho mayor que alguno de los dos, o ambos, habían venido haciendo, o dejando de hacer, de manera constante.
Si tus acciones y hábitos son inconsistentes con los principios del éxito, no puedes esperar triunfar; el único resultado posible es el fracaso.
No existen los accidentes. Todo sucede por una razón. Tarde o temprano las consecuencias de toda acción darán sus frutos, buenos o malos.
Yo encuentro padres que dicen: "no entiendo que sucedió con mi hijo, de la noche a la mañana se convirtió en una persona imposible de tratar, no se comunica con nosotros, no le interesa el estudio, es totalmente irresponsable .... No entiendo que pudo haber sucedido".
Sin embargo, después de examinar la situación más a fondo, nos damos cuenta que su actitud ha sido el resultado de la negligencia en la relación padre-hijo que empezó muchos años atrás, pero que hasta ahora se comienzan a ver las consecuencias.
Pero no todo son malas noticias. ¿Cómo puedes poner a trabajar esta ley para beneficio propio? Es muy sencillo. Si hay efectos que quieres experimentar en tu vida, como la felicidad, la buena salud, o la libertad financiera, puedes lograrlo simplemente haciendo parte de tu diario vivir las causas que sabemos que generan dicho efecto.
De igual manera si existe en tu vida un efecto del cual quieras deshacerte, como la mala salud, las deudas, la infelicidad, puedes también determinar cuáles son las causas de dichos efectos y al remover las causas removerás también el efecto correspondiente.
Lo curioso es que muchas de las personas que no están satisfechas con el estilo de vida que llevan, y con los resultados que están obteniendo, continúan repitiendo los mismos comportamientos y acciones que han producido dichos efectos negativos.
Ellos han podido identificar los resultados que no desean obtener, pero irónicamente continúan realizando las acciones que los causaron, esperando de alguna manera que los resultados sean distintos.
¿Qué significa todo esto para ti? Ahora que sabes cuál es la relación que existe entre tu manera de pensar y actuar y los resultados que obtienes, ¿cómo puedes utilizar esta información para triunfar en tu vida y en el logro de tus metas?
1. Toma unos minutos para identificarlas metas y objetivos que quieres lograr. Identifica los efectos o consecuencias que deseas que sean parte de tu vida. Entiende que según la ley de la causa y el efecto, esos objetivos son efectos de ciertas causas específicas.
2. Identifica qué causas específicas son las que originan estos efectos. Qué vas a tener que cambiar o hacer en tu vida para lograr las metas que has identificado. Escribe estas causas en términos concretos.
3. Reflexiona y anota cuáles serán las acciones específicas que vas a llevar a cabo en las próximas 72 horas para crear estas causas. Recuerda que nada cambiará hasta tanto no des el primer paso.

La Ley de la Atracción
Mitos y Verdades sobre el Secreto más Extraño del Mundo.
Dr. Camilo Cruz

Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado.
(Juan 15:12)
Que Dios te bendiga.
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LA VISIÓN Y LOS IDEALES CREAN TU REALIDAD

LA VISIÓN Y LOS IDEALES CREAN TU REALIDAD

Valora tu visión y tus ideales; valora la música que mueve tu corazón y los sueños que se forman en tu mente. Si te mantienes fiel a ellos, crearás las condiciones propicias y el ambiente favorable para construir tu mundo. Pocas cosas te permitirán atraer la felicidad y el éxito a tu vida de la manera que lo hace el saber que estás viviendo una vida con propósito. Es casi imposible encontrar una persona en un estado de profunda angustia o depresión, que esté persiguiendo activamente sus sueños y metas con valor y deseo. Una vida guiada por nobles ideales no es terreno fértil para los pobres hábitos y las emociones negativas.
De igual manera, los deseos mezquinos no pueden ser gratificados, ni las aspiraciones puras morir sin recompensa. Esto iría contra las leyes naturales. Sueña nobles sueños y te convertirás en el producto de dichos sueños. Tu visión es la promesa de lo que un día serás. Tu ideal es la profecía de lo que un día llegarás a revelar. Si tus circunstancias no son de tu agrado, tú puedes cambiarlas, concibiendo un gran ideal y luchando por alcanzarlo.
Imagínate a un joven oprimido por la pobreza; confinado a largas horas de trabajo en un lugar insalubre, con pocas o ninguna oportunidad de ascenso; sin estudios, y sin haber desarrollado ningún talento o habilidad especial.
Sin embargo, él sueña con cosas mejores. Concibe y crea con su mente una condición de vida ideal. Con el tiempo, esta visión de una mayor libertad y un nivel de vida más elevado toman posesión de él; el apremio y la urgencia lo impulsan a actuar, y utiliza todo su tiempo y sus medios en el desarrollo de los poderes y talentos que se encuentran dentro de sí.
Muy pronto su nuevo estado mental hace que aquel taller donde trabaja no pueda retenerlo más. Se ha convertido en algo tan fuera de armonía con sus pensamientos que, finalmente es descartado como quien se deshace de un par de zapatos viejos, y, al aumentar las oportunidades que encajan con su creciente poder, sus circunstancias pasadas dejan de ser parte de su realidad para siempre.
Años más tarde, este joven se convierte en un hombre, dueño de poderes mentales inigualables que aprovecha y que al ser utilizados le permiten crear una influencia que se expande a través de todo el mundo. En sus manos toma las riendas de responsabilidades gigantescas; cuando habla transforma vidas; hombres y mujeres utilizan sus ideas para moldear con ellas su propio carácter.
Ahora es como un eje luminoso alrededor del que giran innumerables destinos. Ha podido influenciar muchas vidas, y su ejemplo ha sido seguido por otros, todo como resultado de haber perseguido con entusiasmo la visión y los ideales de su juventud. Esto es lo que puede suceder si aceptas el reto de salir tras tus propios ideales.

La Ley de la Atracción
Mitos y Verdades sobre el Secreto más Extraño del Mundo.
Dr. Camilo Cruz

Cualquier cosa que la mente del hombre pueda concebir, también la puede alcanzar.(W. Clement Stone)


Que Dios te bendiga.
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NUESTRO TEMPERAMENTO Y EL TRATO HACIA LOS DEMÁS.

NUESTRO TEMPERAMENTO Y EL TRATO HACIA LOS DEMÁS.

Que difícil parece ser construir relaciones duraderas y que fácil suele ser destruirlas. Insultamos a nuestros seres queridos con arrebatos de cólera, perturbamos la paz del hogar y ofendemos a otros con ofensas y calumnias. No tuvimos intención de ultrajar, calumniar o insultar a los amigos ni de tratar despectivamente a los demás; pero por falta de control, prudencia y cuidado, nuestro temperamento se disparó de manera descontrolada, hiriendo a quien encontró a su paso y dando un lastimoso espectáculo.
De acuerdo a Orison Swett Marden, aunque algunos crean que no pueden dominar su temperamento, ya que sus estallidos acontecen sin pensarlo, lo cierto es que siempre estamos en control.
"Todos podemos regular nuestra manera de pensar y nuestras emociones, de suerte que nuestro cuerpo no funcione nunca descompuestamente ni el cerebro actúe jamás a su antojo. Hay personas que nunca pierden la serenidad, aunque las provoquen violentamente. Personas en cuya presencia no se nos ocurriría perder los estribos; en su presencia siempre estamos en control. Pero en la intimidad del hogar, donde nadie nos reprime, o delante de un empleado, muchas veces solemos arrebatarnos a la más ligera provocación.
Esto demuestra que podemos dominarnos más de lo que suponemos. Infortunadamente, en la mente y en el corazón de muchas personas anidan rencores, celos, envidias, antipatías y prejuicios que, si bien no se manifiestan muy violentamente, van creciendo allí dentro hasta envenenar el alma".
Recuerda el postulado principal de la ley de la atracción: -Atraerás hacia ti aquello que se asemeja a lo que ya se encuentra dentro de ti.
Imagínate cómo cambiarla nuestra conducta si tuviésemos cuidado con la manera como tratamos a los demás, con nuestros modales y hasta con el tono de voz que utilizamos al dirigirnos a ellos. Los modales son un lenguaje muy influyente en nuestra actitud y en la de cuantos nos rodean.
Muchas fricciones entre las personas provienen del tono de voz, porque la voz manifiesta nuestros sentimientos y actitud respecto de los demás. El tono áspero, que expresa contrariedad y una pobre disposición de ánimo, puede suavizarse. Si cuando la cólera nos enciende la sangre bajáramos el volumen de la voz, lograríamos apaciguar la exaltación.
Todos hemos visto cómo si a los niños contrariados o malcriados se les deja llorar a sus anchas, les sobreviene la rabieta con alaridos y pataleo. Y cuanto más gritan y lloran más violenta es la rabieta. Sin embargo, también hemos visto que cuando les ayudamos a tranquilizar su voz, se extingue el fuego de su actitud.
Sería mucho mayor la felicidad en el hogar si todos los individuos de una familia acordaran no gritarse nunca. Del tono de voz sarcástico, burlón, o resentido, deriva, en gran parte, no sólo la infelicidad en el hogar, sino también las pobres relaciones en la vida social y en los negocios.
Las personas quisquillosas que se molestan y se enojan por simples tonterías, denotan con ello que no son lo suficientemente nobles como para dominar la situación y mantenerse en equilibrio. Su actitud iracunda indica que poseen una actitud pesimista y negativa contra todo lo que les rodea y por ello son víctimas de la situación, en vez de dominarla.
No hay espectáculo más lastimoso que el de una persona cuya cólera deja al descubierto su verdadera manera de ser. Pierde la razón, el sentido común y el buen juicio. Sin embargo, una vez pasado el arrebato, siente que su dignidad, decoro y estima han naufragado en la tormenta.
Las disputas en muchos hogares provienen de la incapacidad de las personas para mantener el control de su actitud mental. Ante la menor tensión, suelen tratar bruscamente aun a sus mejores amigos y a quienes más aman, y dicen cosas de las que después se avergüenzan.
Muchas veces, ya sea pública o privadamente nos referimos a otras personas en términos poco constructivos, especialmente cuando ellas se encuentran ausentes. Nada más apropiado aquí que la sabia regla de oro: tratar a los demás como nosotros deseamos ser tratados.
Refirámonos a otras personas en los términos en que quisiéramos que ellos se refiriesen a nosotros. Cuando estés hablando de alguien, siempre pregúntate: ¿Cómo se sentiría esta persona si estuviera presente, escuchando lo que estoy diciendo de ella? ¿Se sentirla bien o mal? ¿Mejoraría su autoestima o empeoraría? Recuerda que todos nosotros estamos en capacidad de impactar positivamente las vidas de aquellos con quienes entramos en contacto. Y lo hacemos con nuestro aprecio o nuestra indiferencia, con nuestras alabanzas o nuestras críticas, con nuestra sonrisa o nuestro desdén.
Piensa antes de hablar. Considera las consecuencias de tus palabras. Recuerda que ellas son causas, y una vez pronunciadas deberás vivir con el efecto que hayan generado. Muchas personas pasan años enteros, o hasta toda una vida, cargando con crueles heridas del alma, causadas inconscientemente por algún amigo querido en momentos de cólera.
¡Cuán a menudo ofendemos a quienes con mayor ternura amamos y deberíamos ayudar, sólo porque estamos de mal humor y con los nervios irritados a causa de alguna contrariedad o disgusto!
En cierta ocasión, un niño estaba rabiosamente encolerizado y por casualidad pudo mirarse en el espejo. Tan avergonzado y entristecido quedó al verse, que contuvo el llanto inmediatamente. Si los adultos pudieran verse al espejo cuando están por perder el control, seguramente que no querrían volver a dar tan deplorable espectáculo. Todos podemos cambiar si nos lo proponemos, y muchas veces el vernos como nos ven los demás nos ayuda a realizar dicho cambio.

La Ley de la Atracción
Mitos y Verdades sobre el Secreto más Extraño del Mundo.
Dr. Camilo Cruz

Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado.
(Juan 15:12)
Que Dios te bendiga.
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